domingo, 19 de abril de 2015

Un burka por amor

Producto de un préstamo y de mi innata curiosidad por conocer otras culturas y formas de vida. este libro, más que informarme, me ha shockeado.

Narra la historia de María, que es española, y de su esposo Nasrad, de origen afgano. Ambos residen en Londres; un mal día le llaman sus familiares para avisarle que su padre se encuentra enfermo y que podría morir en cualquier momento. La pareja viaja a Afganistán y de ahí comienza el calvario, por supuesto, Nasrad ya está acostumbrado a ese estilo de vida, pero María, ¿qué pedo con María? Completamente ignorante de la situación de un país como Afganistán porque la estúpida ni veía tele, ni leía el periódico, ni se entera de lo que pasa el mundo, decide entonces embarcarse con su marido a visitar a la familia paterna pensando que es un país exótico y que se lo va a pasar bomba.

Y bombas fueron las que les cayeron durante su estancia... Dije que me ha shockeado por la realidad cruel de un país que durante su historia se ha visto abusado, mutilado, difamado, pero me shockea más la innata estupidez de la protagonista, acostumbrada a hacer lo que quería sin pensar en las posibles consecuencias, incluyendo poner en riesgo su propia vida y la de sus hijos, en el nombre del tan llamado Amor. En lo personal no le encontré el sex appeal al marido, pero bueno, a ella la traía loca como para regresarse al infierno que un país de Medio Oriente es, porque la situación no ha cambiado para nada.

Es un buen libro para abrir nuestra manera de pensar sobre Afganistán y estos países en permanente guerra porque relata la realidad cruel y cruda, que es el pan de cada día de los habitantes que han tenido la mala fortuna de vivir o de haber nacido en un país tan jodido como ese, y en donde las mujeres son poco menos que un mueble de adorno para el régimen talibán (burn them all). Sin embargo, aún en las noches de más oscuridad la bondad puede hacer su aparición, tan bien como María logra experimentar durante su vertiginosa estancia en un país donde el literalismo religioso se ha convertido en un verdadero infierno (o la versión islamita de este) para todos aquellos que vivan en Afganistán y sus países aledaños.