lunes, 20 de julio de 2015

Flores en el ático

 Libro. Cleo Virginia Andrews (1923-1986) relata una historia que comienza con la típica familia americana, los esposos, los hijos hermosos y perfectos, la casa, los coches, la vida, el sueño; hasta que una noche, Christopher, el cabecilla de la familia sufre un terrible accidente y muere, Corraine, una esposa trofeo en toda la extención de la palabra, queda como responsable de Chris, Cathy y los gemelos, Corrie y Carry...

Desafortunadamente, Corraine decide que la única manera de salvar la situación es regresando a vivir con sus padres a un lugar en Virginia llamado Foxworth Hall, lugar donde ella creció, pero nunca menciona lo peculiar que sus padres pueden llegar a ser, porque -como he dicho en otras entradas- nada es lo que parece.


Flowers in the attic es narrado desde el punto de vista de Cathy, una niña de 12 años con una mente aguda que desde el principio se da cuenta de que lo que está sucediendo no está bien, cuatro niños encerrados en un ático para que un viejo moribundo no los encuentre y para que su madre herede una gran fortuna; la encargada de cuidarlos es la abuela, una vieja fanática religiosa que los maltrata física y emocionalmente. Pero, todo tiene un límite, y los chicos Foxworth están alcanzando el suyo...



El libro es una obra dramática que me caló hasta los huesos, no niego que lloré con ciertos detalles, porque la autora hace uso de recursos descriptivos para crear esa atmósfera de presión, suciedad y desolación que sólo hay en los áticos.


Película. La directora fue Deborach Chow. No me quejo del cast, todos cumplieron a pies juntillas con la descripción de los personajes, sobre todo Heather Graham (Corraine) que es la perfecta encarnación de una joven viuda con muchas ambiciones en la vida y que está dispuesta a todo con tal de que nadie se interponga en su camino (tienen que verla en Horns).

Lo que me dejan tanto el libro como la película es el malestar propio de la incertidumbre, un dolor en la boca del estómago resultado de la tensión, porque es una lectura muy heavy que llega a niveles emocionales inesperados. Y me quedo con varias preguntas para esas noches de insomnio donde ni el cansancio puede contra la neura: ¿Qué hace que creamos en los seres amados? ¿Qué promesas hacemos silenciosamente para luego romperlas sin ningún descaro? ¿Qué nos hace perder la confianza en alguien? ¿Qué son más fuertes, las palabras o las acciones? Porque hay momentos en que sólo vemos y escuchamos lo que queremos... aunque la realidad esté ahí, palpable, líquida y helada, dispuesta a matar por un poco de atención. 

Veredicto, el libro mil veces mejor. 

P.S. Me acabo de enterar que en abril salió la adaptación televisiva de Seeds of yesterday (Semillas del ayer y también parte de la saga de los Dollengager), producida por Lifetime, que también produjo Flowers in the attic. *Se apura a leer el libro que está esperando junto con otros 16 que aún no lee.*

jueves, 16 de julio de 2015

Número Cero

Eco. Otro de mis viejitos favoritos, perdidamente enamorada de él desde El nombre de la rosa, después por Decir casi lo mismo (porque además es traductor). Su reciente libro, Número cero, es algo completamente inesperado para mí.

Narra la historia del Dottore Colonna, un cincuentón perdedor que no ha hecho nada digno de ser mencionado, salvo ser plantado por su novia y ser traductor de alemán, a este sujeto adorable y pateable (como si esa palabra existiera, ¡ja!) se le encomienda una tarea and one only: coordinar y supervisar la publicación de una revista llamada Domini, la cual estará basada en hechos pasados, especulando la participación de ciertas personas importantes...

Toda la historia sobre desarrolla en especulaciones tanto de la vida personal de los personajes como de las noticias que se publican en el Domini; Eco lo vuelve a hacer, nos vuelve a entregar una historia devorable y llena de momentos nostálgicos que nos hacen apreciar a los personajes con sombras y luces; Colonna es adorable, ¿ya lo he mencionado? Tiene el encanto de aquel que ya ha vivido lo que tenía que vivir y de quien, sin embargo, aún tiene sueños y aspiraciones.

Pero, por supuesto, una investigación relacionada con ciertos genocidas hace aparición en la redacción y las cosas se ponen tensas, los círculos de poder se inquietan y es aquí en donde las especulaciones comienzan a cobrar vida...

Una de las hazañas de este libro es que desglosa la manera en que la realidad se hace, se construye y se vende a las masas, porque realmente nunca sabemos lo que pasa verdaderamente sobre un suceso concreto. Las historias que las escuelas nos venden son solamente la visión de los poderosos que construyen esa versión a la conveniencia del que da más en esta subasta de realidades. 

Eco, amore della mia vita.