jueves, 16 de julio de 2015

Número Cero

Eco. Otro de mis viejitos favoritos, perdidamente enamorada de él desde El nombre de la rosa, después por Decir casi lo mismo (porque además es traductor). Su reciente libro, Número cero, es algo completamente inesperado para mí.

Narra la historia del Dottore Colonna, un cincuentón perdedor que no ha hecho nada digno de ser mencionado, salvo ser plantado por su novia y ser traductor de alemán, a este sujeto adorable y pateable (como si esa palabra existiera, ¡ja!) se le encomienda una tarea and one only: coordinar y supervisar la publicación de una revista llamada Domini, la cual estará basada en hechos pasados, especulando la participación de ciertas personas importantes...

Toda la historia sobre desarrolla en especulaciones tanto de la vida personal de los personajes como de las noticias que se publican en el Domini; Eco lo vuelve a hacer, nos vuelve a entregar una historia devorable y llena de momentos nostálgicos que nos hacen apreciar a los personajes con sombras y luces; Colonna es adorable, ¿ya lo he mencionado? Tiene el encanto de aquel que ya ha vivido lo que tenía que vivir y de quien, sin embargo, aún tiene sueños y aspiraciones.

Pero, por supuesto, una investigación relacionada con ciertos genocidas hace aparición en la redacción y las cosas se ponen tensas, los círculos de poder se inquietan y es aquí en donde las especulaciones comienzan a cobrar vida...

Una de las hazañas de este libro es que desglosa la manera en que la realidad se hace, se construye y se vende a las masas, porque realmente nunca sabemos lo que pasa verdaderamente sobre un suceso concreto. Las historias que las escuelas nos venden son solamente la visión de los poderosos que construyen esa versión a la conveniencia del que da más en esta subasta de realidades. 

Eco, amore della mia vita. 

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