El título del libro suena a canción de los Ángeles Azules, pero no, no lo es. Su autora, la estimada, vieja, vivida, desgraciada es Alice Mundo, estos adjetivos no son con el afán de ofender a la autora, al contrario, la Munro es una cabrona bien hecha.
Generalmente, soy reacia a leer a los premios Nobel porque me gusta pensar que mi fe va más allá de un reconocimiento a nivel mundial, sin embargo, este libro fue producto de un intercambio más en esta preciosa de Ángeles y,oh, sorpresota que me llevé.
Munro hace gala de su inviolable código de la magia cotidiana, sus cuentos (este libro tiene 10) son un festín en donde el lector se puede revolcar en las situaciones más raras e inverosímiles, en donde la cotidianidad no aburre, no, porque la vida está conformada de todos esos pequeños detalles y de esos momentos que pueden dar un giro de 360° a la vida de cualquiera.
De esto se trata Amistad de Juventud, un banquete de personajes únicos, que bien podrían ser nuestra mejor amiga o nuestra vecina de la esquina. La sensación que esté libro me provocó fue similar a la que sentí cuando leí El Guardián Entre el Centeno, algo tan íntimo, que como lectores nos hace sentir vulnerables y asesinables (como si tal palabra existiera...), en donde la vida no necesita de eventos demasiado extraordinarios para ser disfrutable....
Otro de los pensamientos que me quedan después de leer a la querida Alice es, que, definitivamente, no me gustaría ser un personaje de sus libros. Au revoir.
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