sábado, 2 de mayo de 2015

Malinche

Ya, estoy de vuelta. Después de ires y venires intelectuales, físicos y emocionales.

Malinche de la queridísima y desmadrosísima Laura Esquivel. Digo desmadrosa porque la vi en una entrevista con las Netas Divinas y la verdad la doña se la rifa, tiene un espíritu libre y plática para siglos. 

Este libro también ha sido producto de mis pesquisas e intercambios en esta ciudad de Ángeles, nunca había leído nada de la Esquivel, sinceramente. Sé que escribió Como Agua Para Chocolate, pero no, no lo he leído. y en este caso particular me ganó la curiosidad, como siempre.

Malinche (que en realidad significa Amo de Malinalli) es relatado desde un punto de vista ajeno, como si de los dioses se tratara; se relata la vida de Malinalli, que a todos en la escuela nos enseñan a odiar por preferir a un extranjero que a su propia gente, pero ¿cuánto de esto es verdad? ¿Qué posibilidades tendría un ser humano que no es dueño ni de su propia vida? ¿Y qué decisiones tomaríamos si fuéramos esclavos? ¿Y si mentir fuera nuestro único medio para salvar la vida? Todas estas interrogantes son contestadas de manera poética, la narración es de una profundad que te hace conectar con esa parte indígena que hay en todos los mexicanos, porque TODOS, señores, somos mestizos. Y Malinalli es precisamente, una esclava que ha ido pasando de mano en mano, con una habilidad sorprendente para aprender idiomas nuevas y adaptarlos para transmitir el mensaje, con el tiempo se convierte en la llave de Cortés para conquistar al mundo prehispanico, pero ¿qué pasa por la mente de una esclava cuando ve la matanza de su gente y no se atreve a abrir la boca por miedo a que a ella también la maten? Por ejemplo, la matanza de Cholula....

Vivo a escasos kilómetros de Cholula y sinceramente este pasaje me dio fuerte y bonito. El saber que a una distancia corta ocurrió una masacre a manos de un pelado como Cortés me provoca un sentimiento de impotencia y de rabia, ¿se imaginan lo que sintió Marina? ¿Qué pasaba por su mente? 

Esquivel mueve la pluma como si conociera a la Malinche de toda la vida, y es que su investigación dio un fruto realmente hermoso y lleno de alabanzas a nuestros antiguos dioses. Un libro que vale la pena leer mil veces porque siempre tiene una enseña nueva que dar.

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