sábado, 2 de mayo de 2015

Tokio Blues (Norwegian Wood)

Libro. Antes de leer a Murakami siempre había pensado "¿Por qué todo el mundo parece rendido a sus pies? Los que me han recomendado sus libros parecen bajo un hechizo, ¿a poco es tan bueno?" Fuck yes, he's that good

Había leído reseñas sobre su trabajo, pero no me había llamado la atención especialmente (la literatura japonesa no me atraía mucho...), pero, un día, dando vueltas en la sección de libros de Sanborns (uno de mis pasatiempos favoritos) lo vi y decidí comprarlo para matar un poco mi curiosidad...

Murakami es el maestro en crear las situaciones más bizarras que uno se pueda imaginar en lo referente al sexo, a la muerte, al amor. Los protagonistas, Watanabe, Naoko y Midori (<3) son tres adultos jóvenes en una época crítica en la política académica japonesa de finales de los 60's. Sus historias se entrelazan en un vaivén donde la música de aquel entonces es el telón de fondo para un sin fin de emociones y sentimientos permanentes o pasajeros... Debo mencionar que este libro me sacó unas carcajadas como pocos lo han logrado, debido a la escritura sin pelos en la lengua que posee Haruki, y también, cómo no, lloré y berré como una colegiada con cambios hormonales, todo en un combo maravilloso, escrito deliciosamente, y también tengo que mencionar que una acaba enamorada sin remedio de Watanabe. 

Película. El director, Tran Anh Hung, hizo un trabajo PERFECTO al capturar el espíritu del libro. El cast de los personajes principales no pudo haber sido mejor, el sentimiento que tienen los diálogos y ese sentimiento que tenemos los lectores del tipo "¡Eso lo dice en el libro!" es genial. Las locaciones son maravillosas; no tenía (ni tengo aún) mucha noción sobre geografía japonesa así que mientras leía el libro fue un poco difícil para mí imaginarme el lugar y el entorno de las grandes ciudades de Japón, cosa que conseguí a la perfección con la película. 

Sin embargo, se quedó un poco corta en relación a la historia de Reiko Ishida, me hubiera encantado ver la cara que ponía Watanabe cuando le relató su historia de vida. Y ni que decir del soundtrack, perfecto e impecable como todo.


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