Probablemente, este sea uno de los libros que menos necesite una reseña por parte de una humilde lectora como yo, pero I don't give two fucks.
He de decir que no me considero especialmente seguidora del señor Kafka y que he leído más sobre su vida que realmente su obra. Sin embargo, como he dicho en alguna entrada pasada, me volví seguidora y escrutadora de listas del tipo "lo mejor de la literatura" y cómo no, el querido Franz figura en dichos listados.
Empezaré por La metamorfosis, por ahí dicen que es "la novela perfecta", sus palabras ni sobran ni faltan, y son las suficientes para expresar las más diversas emociones y sentimientos. ¿Qué pasaría si un día despertamos y nos damos cuenta de que nos hemos convertido en un tremendo cucarachón? Digo cucaracha porque es la imagen que vino a mi mente cuando lo leí, pero puede ser cualquier otro bicho asqueroso con muchas patas, pues fácil, nos convertimos en parias, en incomodidad para nuestra familia y allegados; de eso se trata esta obra, de cómo las situaciones nos definen en vez de nuestra propia personalidad. Esta historia da para todo un libro sobre análisis y psicoanálisis, por lo tanto hasta aquí pararé.
Carta al padre. Es sabido que Kafka no la tuvo fácil desde un punto de vista sentimental, su crecimiento se vio afectado por la relación PÉSIMA que llevaba con uno de sus progenitores, su padre, esa fuerza que es el primer ejemplo a seguir de todo ser humano que se digne de serlo, sin embargo, esa misma fuerza lo aplastaba hasta el punto de la asfixia. Kafka le escribió una carta en donde las palabras eran escritas por el adulto pero el sentimiento lo aportaba, el niño, el adolescente y el joven adulto que se vio afectado por el carácter erróneo de Hermann Kafka. Me gusta imaginar que fue una catarsis para el propio Kafka, una catarsis que todos necesitamos de vez en cuando, sacó esa ira, liberó sus pensamientos de la nostalgia y expuso sus sentimientos con crudeza. Acabé contagiada de la liberación de Franz, porque también he necesitado sacar a pasear a mis demonios cada cierto tiempo, para que no les salgan polillas.
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